El sueño es un factor muy importante para reducir el estrés. Cuando el estrés es muy elevado nos sentimos agotados y cansados y nos es muy difícil hacerles frente a las situaciones diarias.

El promedio de horas de sueño debe ser de 7 a 8 horas al día, de tal manera que al despertar te sientas descansado y con energía. Debes evitar también dormir en exceso, pues puedes alterar tu ritmo corporal. Dormir siestas cortas, de entre 10 y 20 minutos, puede ayudarte a revitalizarte, sin embargo, siestas muy largas pueden provocarte insomnio, además de mantenerte con somnolencia durante el día.

Muchos de los estresores que enfrentamos en el día a día, como el tráfico, compañeros de trabajo difíciles, relaciones conflictivas, etc., pueden activar una respuesta de pelea o huida, y la exposición prolongada a este estrés sin poder relajarnos puede dar por resultado una mala noche de sueño (pocas horas y mala calidad). Para mejorar la calidad de nuestro sueño y poder lidiar con el estrés crónico, algunas estrategias son mejores que otras.

Si crees que tus problemas de sueño se deben a los efectos del estrés, dormir será más fácil con la implementación de técnicas de manejo de estrés saludables antes de dormir. Algunas estrategias que pueden ayudarte a manejar el estrés y mejorar tu calidad de sueño son la meditación y los ejercicios simples de respiración, los cuales pueden reducir el estrés y la tensión en el cuerpo, disminuir los niveles de las hormonas del estrés, y ayudarte a dormir más fácil y rápido.

Aquí encuentra 10 consejos para vencer el insomnio asociado al estrés.

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